En los últimos años, la industria de la moda se ha convertido en la segunda industria más contaminante del mundo.  La industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones de CO₂ y consume cerca del 20% del gasto total de agua en el mundo.  La moda rápida o fast fashion es un modelo de negocio dedicado a la producción en masa de prendas de vestir, generalmente de baja calidad en cortos períodos de tiempo y a bajo costo. Este modelo nos motiva a consumir más de lo que necesitamos creando nuevas colecciones y rotando el inventario cada pocos días o semanas, lo que crea un FOMO (miedo a perderse algo) increíble, por lo que aumentan el deseo y las compras.  La Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (UNECE) estima que el 40% de las prendas producidas cada año nunca se usan.

       Detrás de cada prenda se invierten recursos limitados, entre ellos agua, energía y mano de obra, que muchas veces son explotados por las empresas.  Se paga un bajo costo en tiendas reconocidas por prendas que han sido confeccionadas en condiciones de semiesclavitud por personas, incluidos niños, que no tienen representación sobre sus derechos.  Por eso no debemos mirar para otro lado, sino ayudar a combatir lo que es malo para el medio ambiente y la sociedad. No hay planeta B y debemos cuidar nuestro mundo ahora, en lugar de buscar otro que pueda ser habitado.  Es difícil ser sustentable cuando se crean millones de prendas cada año y casi la mitad de ellas quedan sin usar porque "pasaron de moda" y terminan en un vertedero durante años sin poder descomponerse debido a su material.

       Como consumidor poderoso y responsable, céntrate en comprar moda orgánica, sostenible, ecológica, vegana y/o de comercio justo.  El término de moda orgánica se basa en la fabricación de un producto con ingredientes naturales y libre de químicos o sustancias tóxicas.  Las prendas orgánicas son seguras para nuestra salud y garantizan el cultivo natural y el mantenimiento de la fertilidad del suelo, asegurando la tierra para las generaciones futuras.  La moda sostenible se basa en aquellas prendas que han sido creadas con el máximo respeto por el medio ambiente.  Las prendas sostenibles también se fabrican libres de tóxicos y utilizan energías renovables, productos reciclados y tintes vegetales.  En la moda ecológica, se utilizan tejidos naturales libres de pesticidas y otras sustancias tóxicas y, además, se controla que los productores respeten las condiciones laborales de los confeccionistas.  La moda vegana se basa en la creación de prendas sin utilizar ningún animal o producto derivado.  Aun así, el hecho de que la prenda sea vegana no significa que sea orgánica, sostenible o ecológica.  Y el comercio justo es un sistema que dignifica el trabajo, fomenta la gestión responsable y sostenible de los recursos naturales, el respeto por el medio ambiente y la sociedad, y promueve las relaciones comerciales justas.

       La moda ética busca erradicar las prácticas del fast fashion y fabricar prendas de forma responsable con la sociedad y el medio ambiente.  La moda lenta o slow fashion surge como una alternativa que tiene en cuenta el impacto ambiental y social y busca ralentizar el diseño, la fabricación y la distribución de prendas duraderas.  Este nuevo modelo busca asegurar el cultivo o recolección responsable de las prendas, la calidad y sostenibilidad del producto, que las condiciones de trabajo sean justas y dignas, y reducir los residuos tóxicos y la huella de carbono. Es hora de repensar los diseños y los recursos disponibles para crear productos que nos ayuden y que eventualmente no sean un problema para la naturaleza al ser desechados.

      Las grandes cadenas saben que esto es lo que demandan los consumidores, pero la pregunta del millón es si realmente se comprometen a satisfacer a los clientes en este sentido o simplemente los engañan.  El greenwashing es una forma de marketing que utilizan las empresas para transmitir la falsa idea de que un producto es "ecológico" cuando en realidad no lo es.  Este ha sido un tema de interés y controversia que afecta no solo a la industria de la moda, sino a muchas otras.  Hay muchas empresas que prometen ser sostenibles, biodegradables o ecológicas, pero en realidad no cumplen sus promesas a los consumidores.  Es nuestro deber exigir un cambio sistémico justo y verdadero para que las empresas transiten hacia una industria más ética y responsable.

¿Qué puedes hacer para ayudar al medio ambiente?

• ¡INFORMATE!  Investiga antes de hacer una compra y fíjate en: los materiales del producto, de dónde viene, si tiene información de las condiciones de los trabajadores, si usa material reciclado o si tiene alguna certificación de moda sostenible.  A veces es difícil encontrar este tipo de información pero buscando un poco se puede encontrar, si no, mi recomendación es que no compres el producto, porque no hay información que corrobore lo que buscas.

• Opta por fibras naturales como el algodón orgánico, el bambú o el cáñamo y materiales reciclados, como el plástico o el nylon.  En Ginger Rican Style contamos con una variedad productos orgánicos y sostenibles solo para ti, ¡asegúrate de echarle un vistazo!

• Otra cosa que puedes hacer es comprar ropa de segunda mano.  Compra prendas versátiles y de colores neutros que te ayuden a combinar numerosos estilismos, minimizando la compra de varias prendas y el impacto medioambiental que supondría crear una nueva pieza.

• También puedes consumir moda sostenible a través del upcycling y downcycling.  El primero modifica prendas descartadas para crear prendas de mayor valor y el segundo recupera y reutiliza algún material para transformarlo en un producto de menor valor.

• No utilices ni promuevas empresas que empleen prácticas poco éticas.

• Haz preguntas incómodas y denuncia, si es necesario, a las empresas que estén realizando prácticas engañosas.  Tu voz cuenta y no habrá cambio si no se habla de ella.