Three races, one culture

Tres razas, una cultura

¿Quiénes son y de dónde vienen los puertorriqueños?

     Cada ser humano es único y diferente, pero aún con estas diferencias, puedes notar que hay cierta similitud entre las personas de una comunidad y varían de un país a otro.  Pero si observas con atención a los puertorriqueños verás que todos son distintos, incluso las personas de la misma familia se diferencian entre sí en muchas ocasiones.  Somos muy variados pero compartimos muchas tradiciones y costumbres que hemos heredado de nuestros antepasados y que son características de Puerto Rico, así como el amor y el respeto por nuestro país.  Los Boricuas somos el resultado de la mezcla de tres grupos étnicos que vivieron en nuestra isla a lo largo de la historia.  Los indios taínos, los españoles y los negros africanos aportaron sus rasgos físicos, costumbres, creencias y formas de vida, es por eso la cultura puertorriqueña es rica y variada.   A continuación estaremos hablando sobre el legado de nuestros antepasados indios, españoles y africanos.  

Herencia taína

      Cuando los españoles llegaron a la isla, hace más de 500 años atrás, los indios taínos ya vivían en Borikén, que significa la “tierra del altivo Señor”.   Antes de los taínos, existieron otros pueblos indios que poblaron la isla, y todos ellos también forman parte de nuestras raíces indígenas. 

       Los primeros pobladores de las Antillas Mayores fueron los indios arcaicos, quienes vivían en pequeños grupos familiares y se alimentaban de semillas, frutos silvestres y animales que cazaban y pescaban. No conocían la agricultura y fabricaban herramientas de piedra y se trasladaban con frecuencia de un lugar a otro en busca de caza, es decir, eran seminómadas.  En Puerto Rico se han encontrado pocos restos suyos, y se desconocen muchas cosas sobre ellos, por ejemplo, de dónde vinieron.  Pero es posible que hayan tomado rutas desde la costa de Venezuela, América Central o Florida.  

       Los indios saladoides fueron un grupo de origen aruaco que emigró de la región noroeste de América del Sur hacia la costa de lo que hoy es Venezuela y Guyana.  Hace más de dos mil años, se trasladaron de allí a las Antillas, llegando a Puerto Rico.  Se han encontrado restos arqueológicos, como amuletos y fragmentos de ídolos de barro, que nos hacen suponer que la religión fue una parte importante de su cultura pero no se conoce bien su organización social ni religiosa.  

     Los indios ostionoides también forman parte de la cultura aruaca y poblaron la isla más tarde.  Como los saladoides, eran agricultores y cultivaban yuca, aunque consumían ostras, almejas, caracoles y pescados.  Su cerámica era más sencilla, y utilizaban con frecuencia la piedra tallada para hacer sus amuletos, adornos o ídolos. 

        Los indios taínos, por su parte, son nuestros antepasados indígenas más cercanos y su cultura es la más importante del legado indígena.  Los indios taínos solían ser de mediana estatura, de piel color cobrizo y de pelo negro, lacio y abundante.  Tenían una nariz achatada, pómulos salientes y labios medianamente gruesos.  Solían ir desnudos, y se untaban pigmento de color en la piel. Conocían la agricultura, la caza y la pesca. 

Herencia española

         En 1492 Cristóbal Colón, en nombre de los Reyes Católicos españoles, Isabel y Fernando, se embarcó con un grupo de marineros en tres carabelas, llamadas Pinta, Niña y Santa María.  La idea de este viaje era encontrar una ruta para llegar a Asia atravesando el océano Atlántico, pero en su viaje llegó a unas tierras hasta entonces desconocidas para los europeos: las Américas.  Exploró algunas islas, como Cuba y la Española, y volvió a España.  En 1493 Colón emprendió su segundo viaje, esta vez con una flota de 17 naves, que transportaban más de 1,000 personas: labriegos, artesanos, nobles y religiosos.  También traían semillas, plantas, animales y herramientas necesarias para labrar la tierra.  El primer viaje fue de exploración y descubrimiento, el segundo viaje fue de colonización: todas estas personas querían instalarse en las tierras que había encontrado Colón.  

        El 3 de noviembre de 1493, los barcos llegan a las Antillas Menores, y continúan navegando hacia otras islas menores, hasta que el 19 de noviembre de 1493 desembarcaron en nuestras playas.  Colón tomó posesión de la isla en nombre de los reyes de España, y la bautizó con el nombre de San Juan Bautista. Exploraron las tierras de Borikén,  se establecieron en lo que hoy es San Juan y se dedicaron a explotar el oro y la tierra, haciendo conucos, pequeños sembradíos, con mano de obra indígena.  Por años los taínos se defendieron y revolucionaron pero las armas y las tecnologías de los españoles era superior a la de ellos, lo que mermó la población indígena.  Muchos de ellos se refugiaron en las islas más cercanas, aunque también estaban bajo el dominio de los españoles, mientras que otros murieron por los malos tratos o las enfermedades.  Los indígenas que quedaban terminaban aceptando la religión católica, que fue impuesta, y la forma de vida de los españoles, mezclándose con los estos y los africanos que habitaban la isla. 

       Los españoles, por lo general, eran físicamente de tez más o menos clara, nariz perfilada y labios finos.  Los cambios en la dieta alimentaria, las costumbres, vestimenta, tradiciones y diversiones, arquitectura, música, instrumentos musicales, el desarrollo de la agricultura y la ganadería e introducción de animales desconocidos en P.R., como el caballo, son parte del legado de los españoles en nuestra tierra. 

Herencia africana   

        Finalmente, nuestra tercera raíz étnica proviene de los negros africanos que fueron arrancados de sus familias y de sus pueblos por la fuerza, vendidos y traídos como esclavos para sostener la economía de la isla, ya que la mano de obra indígena mermó radicalmente por distintas razones.  Personas de distintas tribus, grupos étnicos y estados, cada uno de ellos con sus propias historias y tradiciones, traídos en condiciones infrahumanas en barcos negreros, en donde pasaban situaciones difíciles, como hambre, violencia o enfermedades.  Los que lograban sobrevivir el viaje, llegaban a Puerto Rico, donde eran obligados a trabajar en las minas, las fincas y las obras de construcción o en las casas de los amos españoles.

       A pesar de que provenían de distintas áreas de África, sus características físicas eran similares, la piel y los ojos oscuros, el cabello negro, grueso y ensortijado, los labios también gruesos y los pómulos sosbresalientes.  Sus costumbres religiosas se basaban en las prácticas adivinatorias y la magia, con las que intentaban conocer el futuro y conseguir fortaleza contra el mal, utilizando amuletos.    Elaboraban esculturas en bronce y cerámica de gran valor, confeccionaban tejidos y trabajaban el hierro, la madera y el marfil.  La música era un elemento importante en la vida de los esclavos, así como el baile y el canto, ya que era una forma de expresarse y comunicar mensajes.

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